Desde hace ya bastantes años suelo escuchar «La Rosa de los Vientos», un programa de radio de Onca Cero.
Dado que se emite en un horario un poco intespestivo (actualmente los Sabados y Domingos de 1:00 a 4:00 de la madrugada), lo que hago es descargarme los programas grabados en mp3 desde su página de podcast.
Seguramente ya sabreis que al frente de este programa ha estado hasta el dia de su fallecimiento nuestro amigo «Juan Antonio Cebrian», hacia el que tengo un especial cariño y mucho, mucho agradecimiento por tantos programas que hacen sentir a uno infinidada de sentimientos. La Rosa de los Vientos siempre ha tenido como componente maximo la «humanidad» y el «conocimiento». Conocimiento que en muy diferentes formas y campos nos hacen aprender programa a programa muchísimas cosas que nos aportan a cada uno de nosotros de diferente forma, pero siempre con mucha calidad y mucho cariño.
No quiero dejar pasar este momento sin aconserjaros a todos que escucheis alguno de los programas actuales que presenta «Bruno Cardeñosa». Pero tambien seria buena idea que escucharais alguno de los programas que presento en su dia «Juan Antonio Cebrian». Para esto, disponemos de la pagina: http://www.rosavientospodcast.com/podcast/ donde se van poniendo para descarga todos los programas que se van editando.
Bueno, a lo que vamos…
El pasado dia 3 de Enero de 2010, «Bruno Cardeñosa» comienza el programa con un discurso impresionante del que su mentor «Juan Antonio Cebrian» estaria bien orgulloso.
Esta introduccion se podria aplicar a muchas cosas hoy en dia.
Os transcribo como buenamente puedo esta introduccion y que cada uno saque sus conclusiones:
«Alguien se ha empeñado en hacernos creer que dos y dos son cinco. Pero no lo hacen mal, son convincentes, lo repiten una y otra vez, lo hacen con seguridad, con firmeza. Por la mañana, por la tarde, por la noche, una y otra vez, una y otra vez.
Y de vez en cuando, para reforzar la idea nos dan pruebas para demostrarlo, aunque quien lo hace procura que no sean demasiadas, no interesa. Las pruebas sobre las ideas que se quieren imponer tienen que estar espaciadas en el tiempo, deben ser pocas, pero han de ser directas, rápidas, rotundas. Si siempre se están ofreciendo pruebas sobre lo evidente, el hartazgo nos hará pensar y utilizar la razón, pero eso no interesa por que ambos verbos se conjugan en dirección a la duda.
Si alguien se sale del guión y dice que dos y dos son cuatro, hay un par de métodos para expulsarlo del camino de corrección que han escrito. El primero de ellos es ignorarlo, a lo sumo, sonreir con desprecio, girar la cabeza y hacer que no se ha oído. El segundo método es mas expeditivo, destruir al mensajero, insultarlo, vejarlo, hacer ver al mundo que quien dice tal barbaridad, que dos y dos son cuatro, busca el desorden, aniquilar la convivencia, destruir, enfrentar.
Durante los últimos días nos han recordado que el mundo vive en la inseguridad, que estamos en peligro, que buscan aniquilarlos a consecuencia de un puñado de exageraciones, mentiras, excusas, justificaciones. Nos vuelven a pedir que recortemos nuestras libertades en nombre de la seguridad porque como dos y dos son cinco, es necesario hipotecar nuestra libertad para poderla pagar en cómodos plazos que durarán lo que dure la amenaza, es decir, lo que ellos quieran. Al hipotecar nuestra libertad la ponemos en manos de otros, otros que la utilizarán para hacer la guerra en su nombre, pero cuando la libertad se hipoteca, jamás se recupera. El incidente del avión de navidad ha sido la última excusa para que quienes nos quieren hacer creer que dos y dos son cinco, no importa la cantidad de exageraciones y medias verdades que nos han dicho sobre ese suceso, para ellos importa el resultado, obligarnos reducir nuestra libertad y hacernos creer que es necesario que sea así. Lo que sorprende, lo que despedaza el alma es que han convencido a medio mundo.
Me llamarán loco pero prefiero la presunta inseguridad en la que dicen que vivimos que perder la libertad.
Queda una esperanza, que el mundo esté lleno de locos, de locos de atar, extraviados del pensamiento único que siguen convencidos de que dos y dos son cuatro.»
Es aconsejable, de todas formas, escuchar esta introducción de la mano de Bruno Cardeñosa. Para esto, teneis este enlace al mp3 del programa de ese dia.
Estareis de acuerdo conmigo en que la mayor parte del discurso se podria aplicar en muchos terrenos de nuestro dia a dia.
Aprended todo lo que podais, sed vosotros mismos, opinad, sed criticos, no os dejeis influir por palabras con buenos modos, pesandlo antes de decidir.
Gracias a Bruno Cardeñosa y a Juan Antonio Cebrian por aportar tanto y tan bueno: naturalidad.
Saludos.
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Oscar Abad
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